La victoria avasalladora del del Partido popular y de su líder, Mariano Rajoy, no es solo fiesta. Los desafíos económicos históricos envenena la felizidad y el ambiente victorioso. El partido que sucede al gobierno de Luís Zapatero y del PSOE, detiene desde ahora el poder absoluto, pero ha de utilizarlo de manera juiciosa para salir el país de la crisis. También debe probar que el voto de los españoles no se hizo en el desespero y que su partido puede superar los obstáculos y legitimarse.
"Súmate al cambio", llama el eslogan electoral del PP. A ver si lo tendrán. Lo cierto es que el líder del nuevo gobierno aquí tiene la cara de un hombre preocupado. Porque ahora, lo último que quieren los españoles es una nueva desepción.
No hé oído descripciones tranquilizadoras sobre esta persona. Se dice que es demasiado conservador y todo y todo pero lo seguro es que podemos ser inquietos para el futuro de España pero este futuro no es conocido en absoluto, o sea, podemos tener opiniones (quizá diferentes) pero es posible que lo que se prepara tendrá efectos positivos para España... Depende de muchos factores (económicos, políticos,... y humanos). Lo que deseo sobre todo es que este país encuentre mejor stabilidad.
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